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FIFA: Brasil necesita una patada en el culo para ponerse a hacer las obras!


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La gota que desbordó el vaso fueron las duras críticas realizadas el viernes en Londres por el número dos de la entidad futbolística. En conferencia de prensa, Valcke sostuvo que “las cosas no avanzan” en Brasil. “No entiendo porqué las cosas no se mueven; las construcciones de los estadios no se hicieron en los tiempos previstos y muchas cosas están atrasadas”, agregó. Para rematar, lanzó: “ Tal vez necesiten una patada en el culo para ponerse a trabajar ”.

 

Esa frase despertó una ola de indignación en los brasileños. El ministro de Deportes, Aldo Rebelo, respondió que eran “ declaraciones inaceptables ” y que su país “ no va a aceptar más como interlocutor” a Valcke . En algunos medios brasileños se especuló con que estas afirmaciones no eran inocentes, sino que la FIFA podría estar intentando boicotear la realización del Mundial en Brasil.

 

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Pese a romper el diálogo con Valcke, Rebelo aclaró que “continuará manteniendo una relación respetuosa y armoniosa con la FIFA”. A Valcke pareció no importarle la reacción brasileña. “Si no quieren hablar más conmigo, si no soy una persona con la que quieren trabajar, entonces es un poco pueril”, dijo. Y desafió: “ Voy a viajar a Brasil el 12 de marzo como estaba previsto”.

 

El “divorcio” entre la FIFA y el gobierno brasileño no sorprende. Por el contrario, es el punto final de una enmarañada relación que está en franco deterioro. Las autoridades de la entidad futbolística vienen protestando por el atraso en el cronograma estipulado para las obras de infraestructura, como reformas o construcción de estadios, hoteles, aeropuertos y rutas. Pero no se trata sólo de ese problema, hay profundas divergencias en torno a aspectos legales, logísticos y políticos.

 

Esto quedó demostrado en el hecho de que el Congreso aún no aprobó la Ley que regulará el Mundial porque los legisladores consideran que son “innegociables” una serie de puntos exigidos por la FIFA. La institución deportiva, por ejemplo, reclama la venta libre de cerveza en los estadios, algo que está prohibido por ley en el país. Por otro lado el gobierno brasileño defiende la concesión de ingresos más baratos para estudiantes, jubilados y ciudadanos pobres, pero la FIFA se opone para no perder ganancias. Tampoco se ponen de acuerdo con respecto a las responsabilidades civiles ante incidentes que puedan perjudicar la exitosa realización del evento.

 

En forma paralela a estos desacuerdos puntuales hay algunas cuestiones de orden político. El presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y del Comité Organizador del Mundial (COL), Ricardo Teixeira, está enfrentado con el titular de la FIFA, Joseph Blatter –que en otra época fue su amigo– después de que éste prometiera divulgar documentos que relacionan al brasileño con el escándalo de corrupción que sacudió a la FIFA en 2008.

 

Otro tema de índole política es la intervención de Dilma Rousseff. La presidenta no tiene vínculos de ningún tipo con Teixeira, Valcke o Blatter. Inclusive días atrás se le comunicó al titular de la FIFA que la mandataria no se reuniría con él cuando visite Brasil en marzo, y que no participaría del acto simbólico en el que el Blatter pretende anunciar la aprobación de la Ley General del Mundial.

 

[Clarin]

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