NivelExtremo Publicado 6 de Mayo del 2016 Reportar Share Publicado 6 de Mayo del 2016 La misión de optimizar al VHS no comenzó con el D-VHS. De hecho, es probable que algunos recuerden al S-VHS, que mejoró tanto la resolución como el ancho de banda, colocando al formato a la par de otras tecnologías como el LaserDisc y el Hi8. Sin embargo, el S-VHS seguía siendo analógico, mientras que la grabación en el D-VHS ya era digital, bajo el stream de transporte MPEG. El D-VHS contaba con dos ventajas muy importantes: La primera es que un solo cassette podía almacenar hasta 50 gigabytes de datos, que en su modo de grabación HS (High-Speed) equivalía a 240 minutos de vídeo HD bajo un bitrate de 28.2 megabits por segundo. Estos parámetros hacían muy complicada la grabación casera en alta definición, ya que la única interfaz capaz de responder a la demanda era FireWire, y prácticamente no hubo televisores en el mercado con ese puerto. La idea de restringir la grabación y duplicación de cintas llamó la atención de muchas distribuidoras, y así fue como en 2002 el D-VHS cruzó el charco bajo el nombre D-Theater. Las cintas D-Theater con resolución 720p o 1080i sólo podían ser reproducidas en sistemas certificados, e impedían la duplicación vía FireWire gracias al protocolo DTCP. También existía la posibilidad de implementar «zonas» como en el caso de los DVDs, pero las cintas y equipos disponibles nunca fueron más allá de la «Zona 1», asignada a los Estados Unidos. Los precios de los primeros reproductores D-VHS rozaban lo exorbitante, entre 1.500 y 2.000 dólares para ser más precisos, mientras que cada película oscilaba entre los 35 y los 45 dólares. Físicamente, un cassette D-VHS era casi idéntico a un VHS convencional, pero todas las diferencias se manifestaban en su funcionamiento. Además del gigantesco salto en calidad visual, los D-VHS tenían una especie de menú rudimentario para escoger episodios, y con el tiempo incorporaron tracks de audio Dolby Digital «y» DTS. Se calcula que menos de cien películas fueron lanzadas bajo D-VHS / D-Theater en los Estados Unidos, siendo «I, Robot» con Will Smith la última de ellas. Al momento de comparar calidad, no son pocos los que coinciden que el 1080i del D-VHS se acerca bastante a lo que vemos en Blu-ray hoy, tal vez un poco más «brillante» de lo normal, pero nada mal para lo que en esencia son cientos de metros de cinta magnética almacenados en un cassette. Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
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