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Según Gamasutra, el estudio se ha centrado en examinar los procesos neurológicos humanos que se producen detrás de las múltiples tareas que el cerebro lleva a cabo mientras utiliza un complejo videojuego. El proyecto, denominado SikllCraft, ha estado capitaneado por el científico cognitivo de dicha Universidad, Mark Blair. El videojuego de estrategia StarCraft II puede ofrecer un perfecto dibujo de cómo trabaja un cerebro a pleno rendimiento. Un grupo de investigadores de la Universidad Simon Fraser ha utilizado este videojuego en un estudio cuyo objetivo es conocer cómo funciona el cerebro humano ante a lo complejo y a la simultaneidad. Para este científico, en una partida de StarCraft II trabajan juntos muchos matices y proporcionan una imagen "muy clara" de cómo el cerebro actúa ante varias actividades. En ese sentido, Blair señaló que al jugar a este videojuego de Blizzard "los jugadores tienen que confiar en su memoria para no perder de vista el campo de batalla, tienen que utilizar los sistemas de atención a la formulación de estrategias" e incluso "necesitan ciertas habilidades motoras para hacer clic con agilidad en su camino por el mapa", añadió. El estudio pretende examinar cómo el cerebro maneja situaciones de tensión, cuando las múltiples demandas requieren atención de inmediato. Del mismo modo, Blair cree que esta investigación podría aclarar cómo los seres humanos mejor puede mantenerse centrados en situaciones de emergencia. El científico ha asegurado que en StarCraft II "se está trabajando la memoria y la toma de decisiones" y que todo ello es "importante". Además, puntualizó que "si existe alguna metodología para construir habilidades en multitareas", su deber es "ser capaz de encontrar la forma de que las personas distribuyan mejor toda su atención". (Entrebits)

Este año, uno de cada diez consumidores se decantará por la compra online. Si se atiende al gasto únicamente en regalos estimado por Deloitte (393 euros), Inspiring Benefits destaca que utilizando Internet para la compra de los mismos se consigue ahorrar 87 euros. En este sentido, la apuesta de las grandes marcas de ropa por este canal de venta hace posible que se abaraten los precios hasta en un 60%. Asimismo, le siguen los productos tecnológicos con descuentos medios de un 17% y los productos de belleza y perfumería con ofertas que oscilan entre un 10 y un 23%. Por su parte, el sector del ocio y la restauración también experimenta sustanciales ahorros a través de Internet, con descuentos que pueden llegar hasta el 40%. Lo mismo ocurre con los espectáculos donde se encuentran promociones de hasta un 37 por ciento por debajo de su precio. "Los canales de compra virtuales no tienen que hacer frente a costes fijos, como el gasto destinado al local y, por tanto, el margen de beneficios para el comprador puede ser mucho mayor", ha asegurado Javier Sánchez, director de Inspiring Benefits

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